Como médico, he visto cómo muchos mitos sobre la salud se repiten cada Halloween. Algunos son tan populares que incluso pacientes informados los creen. El problema no es solo el susto, sino las consecuencias reales que pueden tener para la salud. En este artículo vamos a desmentir los mitos más frecuentes y ofrecer recomendaciones confiables desde la medicina.
Mito 2: «El azúcar en Halloween causa hiperactividad»
Este mito lleva a muchos padres a restringir drásticamente el consumo de dulces por temor a que los niños «se vuelvan locos». Sin embargo, los estudios clínicos no han demostrado una relación directa entre azúcar y hiperactividad.
Lo que realmente pasa: Halloween implica emociones, adrenalina, disfraces, salidas nocturnas… Todo esto excita a los niños, no solo el azúcar.
Consejo profesional: Controla la cantidad por temas de salud dental y nutricional, pero sin crear ansiedad ni culpa.
Mito 2: «El maquillaje de Halloween es inocuo»
Muchos productos de maquillaje para disfraces contienen parabenos, fragancias o colorantes que pueden causar dermatitis, reacciones alérgicas oculares o incluso intoxicaciones leves si se ingieren por accidente.
Lo que he visto en consulta: Niños con sarpullidos, ojos irritados, y casos leves de intoxicación tras contacto con ciertos maquillajes.
Recomendación médica: Usa productos hipoalergénicos, mejor si están dermatológicamente testados. Haz una prueba en una pequeña zona antes de usar en todo el rostro.
Mito 3: «Los disfraces no tienen riesgos de salud»
Disfraces con telas inflamables, accesorios puntiagudos o máscaras que reducen la visión o dificultan la respiración son riesgos reales.
Desde la clínica: Atención a niños con caídas por visión limitada, crisis asmáticas por telas con polvo o pelusas, o lesiones menores por objetos afilados en los disfraces.
Consejo: Escoge disfraces seguros, sin elementos inflamables o peligrosos. Asegúrate de que el niño pueda ver y respirar bien.
Mito 4: «El miedo en Halloween es solo diversión»
Aunque el miedo es parte del juego, algunos niños pueden desarrollar ansiedad real, terrores nocturnos o angustia emocional por exposición a escenas violentas o sustos intensos.
Como médico: He tratado casos donde la celebración dejó consecuencias como insomnio o fobia en menores sensibles.
Recomendación: Respeta los límites emocionales del niño. No todos disfrutan del terror; observa su reacción y modera la experiencia.
Mito 5: «En Halloween se puede descuidar la higiene»
Entre dulces, maquillaje y visitas de casa en casa, muchos padres olvidan lavar manos, cepillar dientes o limpiar la piel al final del día. Esto puede derivar en caries, infecciones cutáneas oculares y otras afecciones.
Lo que recomiendo siempre:
- Lavado de manos antes de comer dulces.
- Higiene facial tras retirar maquillaje.
- Cepillado dental extra ese día.
Consejos finales desde la medicina
- Modera, no prohíbas. La restricción excesiva genera ansiedad.
- Observa, no impongas. No todos los niños disfrutan igual la festividad.
- Prevé, no exageres. Cuidar no significa alarmar.
- Educa, no asustes. Habla con los niños de forma clara y tranquila.
Conclusión: menos miedo, más salud informada
Halloween puede ser una celebración segura, divertida y saludable si dejamos de creer en mitos y actuamos con criterio médico. Como profesional de la salud, invito a padres, docentes y cuidadores a informarse bien y proteger a los niños desde el conocimiento, no desde el miedo.
¡Feliz y saludable Halloween para todos!









